9 de enero de 2018

¿Me la juego por el visor?

Navegar es un deporte de toma de decisiones. Lo que hace que la vela sea un deporte tan emocionante y tan difícil es que cada vez que salimos a regatear las condiciones son diferentes. Esto significa que debemos aprender gestionar la incertidumbre, nunca estaremos totalmente seguros de que nuestra decisión sea la correcta. Los buenos regatistas analizan el riesgo y lo comparan con la recompensa para juzgar si vale la pena o no; qué puedo que ganar si acierto vs. qué puedo que perder si me equivoco.

Dado que las regatas son cada día más cortas, la salida se ha convertido en la parte más importante de cualquier prueba y si aspiras a estar en los puestos de honor tienes, sí o sí, que hacer buenas salidas y arriesgarte a tener un fuera de línea de vez en cuando. Dicho esto, también en las salidas hay que sopesar que tienes que ganar o que tienes que perder arriesgando demasiado.


A pesar de que soy bastante duro de mollera y contumaz en el error, hace ya bastante tiempo que comprendí que una mala salida cerca del barco del comité suele tener remedio y una mala salida por la baliza o visor tiene indefectiblemente efectos catastróficos.

Figura 1